martes, 9 de agosto de 2016

Resumen "Reflexiones sobre la didáctica de la historia de la lengua española" (Carlos Folgar)


1. ACLARACIONES INICIALES.

Gracias al desarrollo y a los estudios específicos de la gramática de las lenguas neolatinas, se ha recolectado una importantísima cantidad de conocimientos relacionados con la historia de la lengua española; la investigación constante nos ha permitidos recrear y conocer la evolución de la lengua española a través del pasar de los años, aunque aún nos encontramos con algunas áreas que carecen de un estudio profundo tales como la sintaxis y la lexicología.
Por otra parte la cantidad de conocimientos que se han adquirido acerca de la lengua, la hacen parecer una materia de alta complejidad y por ende de difícil transmisión a los estudiantes, pero de nada puede servir que se tenga a disposición una cantidad de saberes acerca del tema si el profesor no sabe cómo transmitirlos a sus estudiantes, así que este escrito se basará en formular algunas reflexiones y observaciones de carácter personal sobre la historia de la didáctica española teniendo en cuenta las experiencias de las prácticas docentes de esta materia.


2. PRIMERAS OBSERVACIONES SOBRE DOCENCIA.

Hay que admitir que las materias de historia pueden contener cierto grado de esfuerzo memorístico, pero no tan exageradamente como suelen creer los estudiantes. El aprendizaje memorístico en su totalidad como dice el Filólogo Antonio Tovar “La memoria, la servil memoria que devora libros de texto, tiene premios enormes. El joven que es capaz de absorber programas con varios centenares de temas en los que se distribuyen códigos, leyes tributarias y reglamentos, y puede recitarlos en el tiempo concedido, escala las alturas de las profesiones más independientes y mejor retribuidas” pueden ayudar al estudiante en cierta manera, pero de igual forma la educación tradicional -aprendizaje mecánico- debe ser complementado con un sistema de aprendizaje crítico e interrogativo basado en que el estudiante relacione lo aprendido con la identificación y resoluciones de problemas que encuentre en su entorno no solo educativo, sino social; ya que como afirman Coll & Solé “Para aprender de veras algo hay que estudiarlo entendiéndolo y relacionándolo con otras cosas; lo aprendido mediante la memorización mecánica puede durar a corto plazo pero al final casi siempre acaba olvidándose”. Así pues lo que se trata es de brindar los conocimientos y los mecanismos para que el estudiante empiece a pensar y actuar por sí mismo.
Para conseguir lo anterior es importante que el docente renueve su sistema de transmisión de conocimientos que ha utilizado -la dinámica de quietud e inmovilismo- frente a sus estudiantes, ya que como indica Román Sánchez “Lo que un individuo aprende, o no aprende, está considerablemente determinado por las técnicas y procedimientos que se emplean al intentar enseñárselo”, de igual manera lograr fomentar la participación de los estudiantes del tema en desarrollo y así ambas partes – docente como estudiante- generen una retroalimentación de saberes y conocimientos.
Sabiendo que el aprendizaje deber ser crítico y no memorístico se debe de procurar tener claridad y minucioso cuidado a la hora de llegar a los alumnos ya que al enseñar se está mostrando un modelo pedagógico y que esta profesión se aprende, en cierta parte, viendo cómo actúan aquellos que ya ejercen.
Para generar una práctica docente sólida, el nivel de conocimientos al que se deben de encontrar los estudiantes es, poseer una capacidad crítica, manejo de teoría gramatical así como tener léxico suficiente, buena construcción y ausencia de errores ortográficos. Esto es lo que se esperaría deberá estar sumido a manejar un alumno universitario, sin embargo la realidad es muy distinta a las expectativas, ya que en la escuelas, colegio e incluso universidades se comenten graves faltas de ortografía, uso inadecuado de las tildes, puntuación, entre otros temas de gran importancia de la lengua española; y no lograr erradicar esta problemática –competencia lingüística pasiva- es lo que afecta al profesorado, así que se considera asumir como objetivo reforzar los conocimientos adquiridos por los estudiantes en cursos previos y así volver activa la competencia lingüística.
El conocer la lengua española debe y puede corregir los anteriores errores ya mencionados, por consiguiente para alcanzar este objetivo es bueno fomentar una cultura lingüística donde no solo se hable del tema en escritos académicos o universitarios, sino que cualquier individuo que maneje en un grado razonable o estándar la lengua pueda interesarse en leer escritos que enseñen sobre esta y que este dirigida especialmente a ellos de manera digerible y clara para que así la comunidad en general pueda interesarse en la aprender acerca de la lengua española.


3. DIDÁCTICA DE LAS MATERIAS DE HISTORIA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Es evidente que el alumno tiene poca familiaridad con la perspectiva diacrónica, ya que Cuando el alumno entra a la universidad toma fonética y fonología histórica del español y es la primera vez que el alumno (a lo largo de su experiencia académica) se enfrenta a una materia de historia lingüística, hasta ese instante su conocimiento sobre la diacrónica es solo teórico: el alumno no sabe que es la diacronía y como se opone a la sincronía. No es culpa del estudiante ya que en secundaria solo les dan mínimas observaciones en algún tema concreto de lengua española.  El alumno de filología hispánica debe interesarle especialmente la lengua latina para poder entender y  es un apoyo prescindible para el conocimiento del español y su historia.  Hay que recordar que en un proyecto docente presentado para optar una plaza de profesores en años de guerra civil, el insigne gramático Salvador Fernández Ramírez, que por fin obtendría la mencionada plaza, el manifestó que “el estudio de la lengua latina tiene dos finalidades importantes: la comprensión profunda de la antigüedad romana que está en obras de autores y la consideración siempre presente de la lengua española 


4. APOYOS BIBLIOGRÁFICOS Y CLASES PRACTICAS 
Para conseguir su objetivo el profesor debe dar desde el principio una orientación clara de la estructura y los objetivos de cada una de las materias y contar con libros adecuados  para “tener muy presentes las necesidades de los estudiantes de Filología Hispánica”. Conviene recalcar que el comentario filológico de textos no puede consistir únicamente en el análisis diacrónico de sus elementos componentes, clasificados según pertenezcan a los sectores fonético, morfológico, sintáctico y lexicológico; debe incluir datos lingüísticos que caracterizan al texto como tal, considerando su situación cronológica y geográfica.
En definitiva, aunque nuestra práctica docente el comentario de texto está asociado a la sintaxis histórica, es muy conveniente transmitir al estudiante la idea de que el comentario filológico tiene como objeto primordial la comprensión global del texto y la correcta ubicación de este dentro de la historia de la lengua.


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